El curso acaba en septiembre. El 2 de septiembre –siendo más exactos- para quienes no aprobaron en junio todas las asignaturas.
Hay quienes preferirían que no existiese esta oportunidad, pero lo cierto es que muchos alumnos y alumnas la aprovechan y, después de un verano de trabajo y esfuerzo, consiguen superar las materias pendientes.
En la fotografía vemos a Antonio, un alumno de 4º, haciendo el examen de Dibujo el viernes 2 de septiembre por la tarde. “Creo que me ha salido bien”… Eso es lo que me decía cuando salía después de haber entregado su prueba. “A ver si consigo el título de una vez, porque me he tirado todo el verano estudiando”. Como él, otros muchos estudiantes han acudido a los exámenes. El lunes, a primera hora, había cola para la prueba de Lengua, la primera que se celebraba… Tanta que los alumnos no cabían en el salón de actos ya que vinieron casi todos.
Sin embargo, tenemos que decir también que a diferencia de Antonio y muchos de sus compañeros, otros alumnos y alumnas ni siquiera lo han intentado. Esta misma mañana un alumno de 2º, acompañado de sus padres, me comentaba desmoralizado que no había venido a examinarse porque le habían quedado 9 de 2º más 5 pendientes de 1º de E.S.O… Después de charlar un buen rato con los tres, estuvimos de acuerdo en que había pocas posibilidades de éxito, pero que al menos podía haber intentado aprobar las pendientes de 1º y no haber estado todo el verano sin dar ni golpe.
El chaval –pero también sus padres- no habían querido aceptar que el curso acaba en septiembre para quien no aprueba en junio y que mientras existan posibilidades (y es bueno que las haya)) hay que seguir intentando aprovecharlas. ¡Suerte Antonio!
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