Siguiendo con el anterior artículo, apuntamos a continuación algunas ideas para afrontar los "suspensos" de manera constructiva:
-Gritar o insultar
Los chavales ya llegan angustiados y tensionados cuando han recibido un suspenso. Que los padres añadan más dramatismo a la situación no ayuda en nada y puede resultar contraproducente. Se puede expresar el descontento de forma seria pero constructiva.
-Humillar y reprochar
Hay estudios que aseguran que el éxito escolar depende más del autoconcepto académico que de la inteligencia. Y calificar al chaval de inútil, vago o torpe daña su autoconcepto y no motiva.
-Sermonear y olvidar
Si no se adoptan medidas, el problema no se resolverá solo. Estudiar no es fácil y si sólo depende de la voluntad del chaval es muy probable que le tienten más otras actividades.
-Imponer grandes castigos
Los castigos imposibles, que no se pueden mantener en el tiempo, no tienen ninguna utilidad y deseducan. El recorte de privilegios debe ir condicionado a los compromisos adquiridos y la dedicación de tiempo al estudio.
-Buscar excusas
Los chavales que suspenden no tienen necesariamente problemas de aprendizaje ni desequilibrios internos. Y normalmente tampoco es culpa de los profesores. Conviene ser realista al analizar las causas.
Cualquier suspenso es superable, es cuestión de esfuerzo complementario. Suspender puede tener incluso una vertiente positiva si se aprovecha para aprender a afrontar la frustración y a superarla con esfuerzo, sin eludirla ni caer en la agresividad.
-Buscar las causas
No es lo mismo un suspenso por una dificultad concreta o un bajón pasajero que suspender un montón de asignaturas por falta de trabajo, de organización y esfuerzo. Preguntar al hijo los motivos de sus calificaciones.
-Ser realista
Que el hijo suspenda no quiere decir que atraviese una depresión o tenga problemas de aprendizaje. Hay que hacer un análisis realista, a veces sólo es inmadurez.
-Hablar con los profesores
Conocer cuál es la actitud y rendimiento escolar, con el chaval presente en la reunión, para evitar las dudas sobre que alguien miente.
-Elaborar un plan de actuación
Pedir al hijo soluciones para cada una de las causas por las que ha suspendido y ayudarle a diseñar un plan para ponerlas en práctica. Las acciones han de ser claras y realistas. Puede ser interesante dejar constancia por escrito de los compromisos adquiridos y qué ocurrirá si no se cumplen.
-Ayudar
Aunque la responsabilidad de los estudios es de los hijos, a veces hace falta que los padres les motiven, les ayuden a organizarse, les proporcionen técnicas de estudio o un profesor particular que les explique.
-Supervisar
Los padres han de controlar que se cumplen las actuaciones previstas para superar los suspensos y hacer un seguimiento diario de las tareas escolares, y retirar privilegios si el chaval no asume sus responsabilidades.
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