Un reciente informe del Grupo Universitario de Investigación Social de la UCA, elaborado en base a 2.200 encuestas, dibuja un perfil de la juventud gaditana que puede sorprender a muchos, sobre todo en aspectos relacionados con los «comportamientos de riesgo» (violencia, consumo de alcohol y drogas y conductas sexuales).
El diario La Voz, se hace eco del citado estudio, y en un artículo que publica hoy, recoge los datos más relevantes del mimo señalando que “el 53,5% de los alumnos de la ESO ha consumido alguna vez alcohol, de los cuales un 69,2% lo hace en la actualidad. La mitad opta por el botellón, pero casi un 37% afirma que su lugar preferido para beber son los pubs y discotecas, a pesar de que, como recuerda José Rodríguez Carrión, coordinador de los trabajos, «la ley les prohíbe el acceso a estos locales». Un 9,3% reconoce haber tenido algún tipo de problema con el consumo de alcohol, sobre todo por conductas violentas derivadas. Y sólo uno de cada cuatro dice no haberse emborrachado nunca. En cuanto a la facilidad para conseguirlo, un 33% opina que «nunca» les ha resultado complicado comprarlo, y nueve de cada diez reconoce que la venta a menores se incumple.”
Preocupantes son también los datos que sobre el consumo de drogas arroja este estudio en el que se apunta que “…un 6,5% de nuestros jóvenes consumen drogas, especialmente hachís (7%). El 84% de estos las toma «por placer», y un 16% lo hace «para olvidar». En cuanto a las fórmulas para lograrlas, la mayoría afirma que se las pasa sus 'colegas'. En relación al tabaco, la edad medida de inicio está en los 12,7 años”.
En lo relativo a las actitudes violentas, quizá lo más llamativo sea que la mitad de los jóvenes encuestados “no considera violento golpear a un profesor o compañero de clase. Uno de cada cinco ha participado, como autor o cómplice, en agresiones en el centro, y el 34,6% cree que quien las sufre es «porque no sabe defenderse». Casi un 20% dice haberse sentido amenazado en, al menos, una ocasión”.
Datos todos ellos que pueden ser muy útiles para la reflexión… y para que trabajemos juntos las familias y el profesorado de cara a afrontar de manera educativa las conductas de riesgo de nuestros jóvenes y adolescentes para que disminuyan todo lo posible.
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