Cada año, tras la celebración de los exámenes de la convocatoria de septiembre muchos padres y profesores se hacen la misma pregunta: ¿Sirve para algo esta convocatoria? ¿Sería mejor suprimirla?
Conviene recordar que el curso no termina hasta septiembre para quienes no aprueban todas las materias en junio, eso es al menos lo que le comentamos a las familias y a los alumnos implicados. Para algunos más que una nueva oportunidad parece que supone un fastidio (estudiar, hacer tareas, nuevos gastos en clases particulares….). Otros muchos ven, por el contrario, otra posibilidad para recuperar materias y evitar la repetición de curso, aunque ello suponga un esfuerzo extra.
Como el año pasado, hemos estudiado los resultados y vamos a reflexionar en el claustro sobre ellos para tratar de mejorarlos de cara al curso próximo y evitar algo que viene sucediendo en estos últimos años: que muchos alumnos y alumnas desaprovechan esta oportunidad no presentándose siquiera a los exámenes.
Tras un primer análisis de los datos obtenidos este septiembre en nuestro centro observamos que mientras que al alumnado de 3º y 4º de ESO se presenta mayoritariamente (4 de cada 5) a las materias que tiene pendientes, el alumnado de 1º y 2º de ESO desaprovecha esta oportunidad. En cifras aproximadas, uno de cada tres alumnos de 2º y de 1º NO se presentan a las convocatorias de septiembre.
Está claro, que las familias tienen también una parte de responsabilidad en esta cuestión ya que, aún siendo comprensible que algunos alumnos puedan desanimarse cuando tienen muchos suspensos, no es menos cierto que los padres deben tratar de que, al menos, trabajen durante el verano en algunas asignaturas.
Tras un primer análisis de los datos obtenidos este septiembre en nuestro centro observamos que mientras que al alumnado de 3º y 4º de ESO se presenta mayoritariamente (4 de cada 5) a las materias que tiene pendientes, el alumnado de 1º y 2º de ESO desaprovecha esta oportunidad. En cifras aproximadas, uno de cada tres alumnos de 2º y de 1º NO se presentan a las convocatorias de septiembre.
Está claro, que las familias tienen también una parte de responsabilidad en esta cuestión ya que, aún siendo comprensible que algunos alumnos puedan desanimarse cuando tienen muchos suspensos, no es menos cierto que los padres deben tratar de que, al menos, trabajen durante el verano en algunas asignaturas.
Dejamos para la reflexión (especialmente de las familias) algunas preguntas: ¿Por qué no se aprovecha la oportunidad que supone la convocatoria de septiembre? ¿Por qué no vienen a examinarse tantos alumnos y alumnas de 1º y 2º? ¿Por qué sus padres no les exigen que sean más responsables? ¿Porqué algunos alumnos y alumnas ni siquiera han recogido los libros para estudiar en el verano?
En las reuniones de presentación a las familias volveremos sobre este asunto para tratar, entre todos, de proponer mejoras para el “septiembre” próximo y evitar que se repita el incomprensible “NO PRESENTADO”.
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