jueves, 20 de junio de 2013

LA HORA DE LOS SUSPENSOS ( y II): algunos consejos.

Siguiendo con el anterior artículo, apuntamos a continuación algunas ideas para afrontar los "suspensos" de manera constructiva:

Qué no hacer...

-Gritar o insultar
Los chavales ya llegan angustiados y tensionados cuando han recibido un suspenso. Que los padres añadan más dramatismo a la situación no ayuda en nada y puede resultar contraproducente. Se puede expresar el descontento de forma seria pero constructiva.

-Humillar y reprochar
Hay estudios que aseguran que el éxito escolar depende más del autoconcepto académico que de la inteligencia. Y calificar al chaval de inútil, vago o torpe daña su autoconcepto y no motiva.

-Sermonear y olvidar
Si no se adoptan medidas, el problema no se resolverá solo. Estudiar no es fácil y si sólo depende de la voluntad del chaval es muy probable que le tienten más otras actividades.

-Imponer grandes castigos
Los castigos imposibles, que no se pueden mantener en el tiempo, no tienen ninguna utilidad y deseducan. El recorte de privilegios debe ir condicionado a los compromisos adquiridos y la dedicación de tiempo al estudio.

-Buscar excusas
Los chavales que suspenden no tienen necesariamente problemas de aprendizaje ni desequilibrios internos. Y normalmente tampoco es culpa de los profesores. Conviene ser realista al analizar las causas.

Qué hacer...

-Mantener la calma
Cualquier suspenso es superable, es cuestión de esfuerzo complementario. Suspender puede tener incluso una vertiente positiva si se aprovecha para aprender a afrontar la frustración y a superarla con esfuerzo, sin eludirla ni caer en la agresividad.

-Buscar las causas
No es lo mismo un suspenso por una dificultad concreta o un bajón pasajero que suspender un montón de asignaturas por falta de trabajo, de organización y esfuerzo. Preguntar al hijo los motivos de sus calificaciones.

-Ser realista
Que el hijo suspenda no quiere decir que atraviese una depresión o tenga problemas de aprendizaje. Hay que hacer un análisis realista, a veces sólo es inmadurez.

-Hablar con los profesores
Conocer cuál es la actitud y rendimiento escolar, con el chaval presente en la reunión, para evitar las dudas sobre que alguien miente.

-Elaborar un plan de actuación
Pedir al hijo soluciones para cada una de las causas por las que ha suspendido y ayudarle a diseñar un plan para ponerlas en práctica. Las acciones han de ser claras y realistas. Puede ser interesante dejar constancia por escrito de los compromisos adquiridos y qué ocurrirá si no se cumplen.

-Ayudar
Aunque la responsabilidad de los estudios es de los hijos, a veces hace falta que los padres les motiven, les ayuden a organizarse, les proporcionen técnicas de estudio o un profesor particular que les explique.

-Supervisar
Los padres han de controlar que se cumplen las actuaciones previstas para superar los suspensos y hacer un seguimiento diario de las tareas escolares, y retirar privilegios si el chaval no asume sus responsabilidades.






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