"La Policía Nacional avisa del aumento
del ciber acoso a través de los smartphones en edades cada vez más tempranas El
uso desmedido del teléfono, un problema para las familias".
Con estos titulares, Diario de Jerez publica hoy una interesante noticia en relación al uso de los teléfonos móviles por los niños y adolescentes cuya lectura recomendamos:
"Si echamos una ojeada a lo que ocurre a nuestro
alrededor, seguramente encontremos una imagen habitual y que ya forma parte de
nuestra rutina diaria, ver a alguien distraído con un móvil. Aparte del mal
vicio de ir por la calle mirando el 'smartphone', algo que ha causado ya más de
un susto y accidente, la proliferación de este elemento dentro del ámbito
escolar es cada vez más preocupante.
Así lo recoge un reciente estudio de la
Asociación Protégeles, quien denuncia que un 30% de los niños de 10 años ya
disponen de un teléfono móvil, cifra que aumenta hasta casi un 70% a los 12
años, y a un 83% a los 14 años.
¿Y qué tiene esto de malo? Aparentemente, y
dentro de un normal uso de este soporte nada. Sin embargo, cada vez son más los
jóvenes que empiezan a tener problemas de adicción al móvil, un asunto que
puede provocar consecuencias desagradables, por no hablar del aumento
generalizado en denominado ciberacoso o ciberbulliyng.
A día de hoy, el segmento de edad con mayores
problemas comprende las edades que van desde los 11 a los 14 años. Así lo
reconoce la propia Policía Nacional, que en Jerez lleva realizando desde el
pasado año conferencias semanales en institutos y colegios con el fin de frenar
una oleada que aumenta por día.
La relación móvil-niño arranca a una edad
concreta, los diez u once años. "Fue hacer la comunión, regalarle un móvil
y empezar todo", explica uno de los padres que ha tenido que acudir
recientemente a terapia profesional para tratar de abordar una adicción tan
silenciosa como peligrosa.
Aunque en muchos centros educativos está
expresamente prohibido el uso de dispositivos móviles, lo cierto es que la
relación social existente en ese ámbito pasa hoy día exclusivamente por el
teléfono. Ahora los niños para cualquier consulta, es decir, la fecha de un
examen o ejercicio de clase, recurren al Wassap, el principal canal de
comunicación. Ni siquiera las tarifas de hoy día, con posibilidad de realizar
llamadas infinitas, frenan el uso del Wassap. Todo se hace mediante mensajes, siendo
el punto de encuentro los clásicos grupos creados en esta misma
aplicación.
Luis Bononato, director de Proyecto Hombre,
admite que la adicción al móvil es algo que "ya nos estamos encontrando en
muchos chavales", si bien apunta que "la gente no es aún consciente
del problema. Es cuestión de tiempo que se generalice".
De cualquier modo, en los casos con los que se
han encontrado el procedimiento tiene tres fases, una primera de retirada del
móvil, una segunda con el uso del mismo pero siempre con la presencia de sus
padres, y una tercera ya en solitario, pero siempre haciendo un uso apropiado.
Es más, Bononato considera que "a veces los
propios padres no son conscientes de la situación, el niño se mete en su cuarto
y como no les da problemas están tranquilitos", destaca. "Lo malo es
que detrás hay una adicción grande, pasan muchas horas pegados al
teléfono", insiste.
Este último dato lo corroboran muchos profesores
de diversos centros educativos de la ciudad, quienes encuentran a veces a
chavales "que llegan a clase con síntomas de haber dormido poco. Se meten
en el cuarto, hacen como el que se acuestan pero se llevan en la cama hablando
con los amigos hasta bien entrada la madrugada. Luego, llegan como
llegan", explica María, docente en un IES de la ciudad.
Pero en toda esta relación niño-móvil el problema más grave surge cuando aparece el denominado ciberacoso. "Antes este tipo de situaciones eran normales y siempre el colectivo o varios niños acosaban a otro, pero sólo en el colegio, cuando el chico abandonaba ese escenario el acoso desaparecía. Ahora, sin embargo, estamos ante un proceso de victimización que va más allá del colegio y que no tiene forma de frenarse. Con el mismo Wassap pueden estar acosando todo el día al chico. Ha habido casos que incluso cambiando de instituto al joven no se ha evitado el acoso", explica Adrián Domínguez, delegado de prensa de la Policía Nacional en Jerez.
Al hablar de este tipo de conductas, la Policía
Nacional, que a través de las citadas charlas en los centros pretende
concienciar a los jóvenes que son delictivas, distingue entre diversos tipos.
Por regla general, existen dos tipos de acoso, uno básico, "el que tiene
un comportamiento vejatorio mediante el Wassap, Facebook o Tuenti" y uno
continuado. "Ninguno de los dos hace falta que sea físico, es más en el
segundo la fórmula más habitual es usar fotos del propio afectado
caricaturizadas a modo de burla", explica Adrián Domínguez.
En los últimos tiempos, la Policía ha notado
también "un aumento del machismo a través del Wassap", que fluye a
través de un "riguroso control de las jóvenes parejas", e incluso,
"ya en edades más avanzadas, como ocurrió en Cádiz, mediante vídeos que
luego cuelgan en la red como represalias cuando rompen". En las citadas charlas, el cuerpo nacional de
Policía intenta "trabajar la empatía, que los chicos se pongan en la piel
del que sufre acoso".
Todos estos cambios desembocan también en otro tipo de problemas: La distracción en clase, el descuido de las relaciones sociales, y sobre todo la vulnerabilidad que se crea ante los pederastas".
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